Todos los niños con autismo son diferentes entre sí, es igual como las personas típicas, con algunas nos parecemos, pero con otras no.
Adrián es un niño que le encanta abrazar y besar a su entorno más cercano, le encanta que le hagan cosquillas y que mami lo apachurre y lo besuquee, es un niño autista bastante flexible con su día a día, con algunas excepciones, pero si algún cambio no lo acepta en un inicio luego al poco tiempo lo comienza a aceptar, sus rabietas han disminuido un montón, a veces se golpea, pero no es seguido.
Entiende el español y el inglés sin problemas, pero le cuesta hablar, solo dice palabras, pero a pesar de eso se logra comunicar, a veces es difícil entenderlo, pero a veces es muy claro en lo que desea.
Adrián no es un niño que sale de la escuela y te cuenta lo que hizo en el día, en general él no cuenta nada solo responde a tus preguntas con un sí o con un no, pero preguntas tipo ¿Quieres esto? ¿Te gusta esto?
Eso si, imita muy bien a todos lo que lo rodean, va al baño solo, se cambia de ropa solo, y aprende todo lo que le enseñas como por ejemplo como lavar un plato, como comer algo, como limpiar si algo se le cayó, él mira e imita y aprende muy bien.
Después de 8 años puedo decir que estoy completamente acostumbrada a él, no me puedo imaginar mi vida sin mí Adrián.
Me molesta mucho cuando dicen ¡ay! es un angelito enviado por Dios, no es así, los niños especiales no son angelitos, son niños igual que cualquiera, si son raros, si son diferentes, si expresan su amor diferente y si viven diferente, pero de angelitos nada.
Mi hijo me expresa su amor de una manera muy atípica, pero se deja entender.
Hoy en día el sabe muy bien que yo soy su mamá y que lo amo profundamente, sabe que lo ayudo y me tiene confianza.
Tenemos una comunicación que solo entendemos él y yo, Adrián sin autismo no sería mi Adrián, ya no quiero que sea un niño típico, él es así, es un niño diferente y así lo amo y no lo cambiaria por nada del mundo.
Si quiero un beso solo tengo que pedírselo, si quiero un abrazo tengo que extender mis brazos y gritar ¡Adrián abrazo! Y va corriendo a dármelo.
Pasaron 8 largos años para disfrutar de estos momentos, todo demora en él, pero no hay nada más lindo que sentir el amor de un niño autista.
https://www.guiainfantil.com/salud/cuidadosespeciales/autista.htm