Gabriel es el mejor hermano que Adrián puede tener, Gabriel lo aterriza, lo escucha, lo imita, lo hace reír.
Al comienzo fue muy difícil porque Gabriel es menor que Adrián y el veía como su hermano se agredía y se asustaba mucho, no entendía que pasaba e incluso lo trato de imitar, pero al darse cuenta que golpearse a si mismo dolía pues lo dejo de hacer al segundo intento, entonces no podía comprender como su hermano podía hacerlo si dolía.
Fue muy difícil explicarle a Gabriel la condición de Adrián, le decíamos que él es diferente, que él no es como los demás niños, que él se quedó siendo un bebé, que su cabecita no desarrollo al igual que la suya, por eso por mucho años Gabriel repetía mi hermano tiene cabeza de bebé y nadie lo entendía pero el sí lo entendía a su manera, así que él mismo se repetía mi hermano es diferente, el tiene cabeza de bebé, hasta que un día comenzó a decir: porque mamá?, porque mi hermano tiene cabeza de bebé?, porque no tiene una cabeza de niño?
Yo le explicaba que a veces al mundo vienen niños como su hermano, pero él se molestaba y decía, ¿y porque vino a mi casa mamá? yo quisiera un hermano con cabeza de niño.
Fue muy difícil responder eso, lo único que se me ocurrió fue ser totalmente honesta y decirle la verdad, que a mí también me hubiera gustado tener un hijo con cabeza de niño, pero no fue así y no importa porque la vida es así a veces te trae cosas y situaciones que no esperas, en realidad la vida es una sorpresa constante, nunca sabes lo que va a pasar.
No tengo una explicación por la cual Adrián es así, simplemente así vino y ya, pero Gabriel insistió mucho tiempo en el porque y nunca tuvo una respuesta que lo complaciera al 100%, lo cual era completamente comprensible porque la vida con Adrián es un trabajo doble y nadie quiere trabajar doble y es normal y honesto no querer tener un hermano así.
Para Gabriel ha sido muy difícil interactuar con Adrián, pero a pesar de todo tiene momentos mágicos con él, a sido tanta su insistencia por jugar con él, que él solito a inventado dinámicas para que Adrián juegue con él. Ahora que Adrián tiene 9 años y comprende mejor el mundo, Gabriel a logrado conectarlo y enseñarle muchas cosas, desde jugar a las escondidas hasta patear una pelota y a inventado juegos nuevos como usar su carro a control remoto y pedirle a Adrián que atrape el carro y Adrián feliz corre detrás del carro para atraparlo, también le a enseñado a bailar y a imitar cuanta cosa se le ocurre a Gabriel.
Son unos hermanos atípicos que se quieren a su manera, si le compro algo a Gabriel, lo que sea, desde un helado hasta un juguete, siempre me dice ¿y para Adrián? O si escoge algún juguete siempre elige otro y me dice este es para Adrián.
Adrián sigue a Gabriel en todo y si no quiere le dice alto y fuerte: ¡Gabriel no!
Gabriel y Adrián no dicen cuanto se quieren, pero lo demuestran todo el tiempo.