En este blog cuento mis experiencias con mi hijo autista y de paso la intención es que pueda servirle a alguien con un hijo o familiar autista. Mi hijo tiene rabietas muy fuertes algo que hasta el día de hoy ningún terapeuta ha podido eliminar parece ser que a la larga es algo con lo que tienes que vivir de por vida. Las rabietas han ido mejorando conforme Adrián ha ido creciendo, en sus primeros años de vida fueron incontrolables, él se golpeaba así mismo muchas veces durante el día y la noche, llegando a destruir su cuna a golpes y a vivir con un moretón en la frente tipo chinchón que a veces hasta la piel se le rompía de tanto golpearse contra el piso o la pared.
Cada rabieta era una patada al alma para mí y en promedio eran entre 10 y 15 veces durante el día. Las terapias lo ayudaron a ir comprendiendo el mundo y a ir disminuyendo los golpes, pero estos nunca desaparecieron porque siempre hay situaciones que no comprende y que no hay forma de que entienda porque son muy abstractas como por ejemplo no comas esto o el otro, o no vayas a ese lugar solo, cosas que a un niño típico le explicas y capaz no esté de acuerdo pero entiende la lógica, sabe que si sigue comiendo ese dulce puede vomitar o puede que yo dejé la cartera en el carro y eso que desea no se lo puedo comprar, o no tengo la plata para comprárselo, o que no puede ir solo a la tienda porque hay personas malas que podrían hacerle daño, información que un niño de 9 años típico entiende perfectamente, puede no estar de acuerdo pero comprende lo que le estas explicando, un autista moderado como mi hijo no hay forma alguna que pueda entender este tipo de razonamientos y si… así va ser toda mi vida.
Lo horrible es cuando deja de pegarse él es para comenzar a pegarte a ti, pero eso lo dejaré para otra historia.
Después de tantos años y después de ver que nunca llega a lastimarse al punto de ir a un hospital de emergencia o a tener una marca perpetua en el cuerpo, pues las patadas al alma dejaron de ser tan intensas y pasaron a ser más un agotamiento emocional, es muy difícil llegar a acostumbrarse del todo a ver a tu hijo pegarse a sí mismo con mucha fuerza. Ya no solo se tira cabezazos contra la pared o piso ahora también puede tirarse un rodillazo en la cara, o puñetes en la cara y cabeza, se puede decir que con el tiempo ha ido perfeccionando la manera de hacerse daño, pero él mismo tiene un límite, tiene el umbral del dolor muy alto por eso aguanta bastante, pero llega el momento que para.
Por suerte ya es algo en donde todos en casa estamos entrenados, ya no nos asustamos, ya no gritamos ni nos ponemos nerviosos, una que otra vez cuando nuestra paciencia rebasa le gritamos fuerte, pero nada más porque cualquier cosa que hagamos puede hacer que se golpee más. Hace unas semanas al verlo golpearse lo quedé mirando y pensando en mil cosas tal vez muchas de ellas muy tristes pensando en que será de mí y de él cuando se convierta en un hombre. Y de mi boca salió ¿Adrián porque no te pegas más? Mira usa la otra rodilla también o la mesa que está ahí vamos anda te has pegado muy suave hazlo más fuerte y su cara de extrañeza fue alucinante no sabía que hacer se tiró un par de puñetes más y luego lloraba y miraba a todos lados, como no pudiendo creer que su mamá lo alentaba a pegarse más.
Dale amor más fuerte! tienes que tener el puño más cerrado para que el puñete sea más fuerte, su cara era de completo asombro, sin hablar sus ojos me decían ¿Qué me estás diciendo? Y por arte de magia la rabieta solo duró 2 minutos.
He usado todas las técnicas con Adrián, todas recomendadas por psicólogos y terapeutas, como, por ejemplo: no lo mires, no le hagas caso, no levantes la voz, tienes que respirar, él solo está llamando la atención y mil consejos más, pero jamás una rabieta ha durado 2 minutos, lo mínimo que puede durar una rabieta de Adrián es 10 minutos y eso si tengo suerte porque por lo general duran entre 40 y 50 minutos, también hay las de 1 hora pero eso también lo voy a dejar para otra historia.
¡Esta vez con mi super técnica tan solo duró 2 minutos! Desde ese día eso hago y nos va bien, que les puedo decir, si no existen fórmulas para criar a niños típicos menos van a existir fórmulas para criar a un niño autista.
Dale amor pégate con toda el alma, frase perturbadora, pero efectiva para Adrián.
Aqui les dejo un juguete que me sirve para calmar a Adrián cuando esta muy alterado: https://amzn.to/3qRs9zG
https://www.nytimes.com/es/2022/06/11/espanol/adolescente-autista-agresividad-tratamiento.html