Cuando Gabriel nació, Adrián ya era parte de nuestra vida.
Gabriel creció viendo como Adrián se pegaba o me pegaba, él vio crisis de todo tipo y la verdad es que vivía asustado.
Cuando Gabriel comenzó a crecer yo necesitaba decirle algo para marcar la diferencia de su hermano, para que lo de su hermano tuviera un nombre y así él pudiera procesarlo y tratar de entender la situación. Obviamente el nombre autismo no lo entendía.
Una de las cosas que Gabriel decía cuando comenzó a hablar era: mira bebé llora! cuando veía a un bebé llorar, así fue como comencé a decirle que Adrián era como un bebé, poco a poco me di cuenta que le hizo sentido, así que comencé a contarle que Adrián tenia algo en su cabeza, que su cabeza no era como la de los demás niños, que su cabeza era como la cabeza de un bebé.
Entonces desde que Gabriel tiene 4 años se refiere a Adrián como cabeza de bebé y le cuenta a los demás que su hermano tiene cabeza de bebé y que por eso se comporta así.